Primera actividad grupal

Hoy día 21 de febrero hemos dedicado una clase un tanto especial, es decir, no nos hemos centrado exclusivamente en la práctica y hemos comenzado con una práctica activa que aunque a primera vista no entendíamos la relación, más adelante nos ha hecho reflexionar y hemos comprendido el qué de ésta.
La actividad consistía en realizar 4 grupos dentro de clase con dos observadores cada grupo. Los miembros del grupo debían formar 5 cuadros iguales. La dificultad estaba en que no podían comunicarse entre ellos de ninguna manera, así que si algún miembro del grupo necesitaba alguna pieza que sabía que era la buena pero la estaba utilizando otro compañero, debía esperar a que quedara libre o se la pasaran.

El resultado fue que los 4 grupos consiguieron su objetivo, algunos más rápidos que otros, pero lo llevaron a cabo. Cada grupo explico su táctica a la hora de hacer la actividad, y descubrimos que lo más importante era el trabajo en grupo y la cooperación, y observando no solo lo que a ti mismo te faltaba sino también mirando las necesidades del compañero.

Pues bien, estas dos características que hemos citado son muy importantes para el proceso de mediación, donde debemos buscar que las partes implicadas puedan cooperar al final del proceso con el fin de encontrar una solución parcial y acorde con los intereses de las dos partes. Para que exista por tanto cooperación deben existir distintos aspectos como:

  • Necesidad de la aportación de todos los miembros del grupo. (En este caso las dos partes implicadas)
  • Observación de las actitudes de los otros.
  • No centrarse en uno mismo únicamente.
  • Posibilidad y necesidad de ayuda mutua.
  • Respeto a las diferencias individuales (de ritmos de reacción).
  • Aceptación o no de bloqueos.
  • Aceptación de las normas.
  • Todas las aportaciones de los miembros son valiosas. No hay verdades absolutas.
Por otro lado, vemos con este ejercicio algo tan simple como el miedo a cambiar alguna pieza del sitio por si cambiamos toda la estructura y ya no nos sirve. Pues bien, este punto también es muy importante durante un proceso de mediación, incluso durante muchos procesos o situaciones de la vida en general, el miedo al cambio, a lo nuevo, a modificar nuestro pensamiento, a introducir nuevas ideas, etc. Lo más negativo es cuando alguien no acepta los cambios ya no solo por miedo, sino por creer que todo lo que uno piensa es lo correcto y lo único.
Esta fase es importante en la mediación, porque hace que las partes puedan ver diferentes perspectivas de una misma realidad, que puedan aceptar nuevos pensamientos dentro de las circunstancias o del conflicto y esto implica en ocasiones tener que dar el brazo a torcer, ceder una parte de la razón.
También el proceso de mediación nos hace cambiar respecto a posibles conflictos futuros, trabajamos aspectos de la personalidad y comunicación que quizás sin este proceso no se trabajarían, que hacen que cambien aspectos propios personales. Por tanto, debemos saber que el cambio es bueno y positivo la mayoría de las veces.
El proceso de mediación nos hace realizar cambios en nuestra persona que nos ayudan a mejorar.

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