El papel del mediador

El mediador regula el proceso de comunicación para que las partes lleguen a un acuerdo y puedan solucionar el conflicto por el que acuden al proceso de mediación.

No pueden adoptar el papel de jueces ni de árbitros, tampoco tienen la verdad absoluta ni la solución clara de los conflictos que traen las partes.

Primero debe hacer una presentación y dejar claras las normas que se deberán seguir durante el proceso de mediación. Uno de los puntos importantes es que el proceso es totalmente voluntario y que si en algún momento algunas de las partes se siente incómoda puede dejar la sesión y continuarla en otra ocasión o simplemente no seguir con el proceso.

El mediador debe dejar fluir en una primera toma de contacto los sentimientos de las dos partes, para que éstas se desahoguen. a partir de aquí, mientras las partes van explicando su versión cada uno el mediador debe mostrar las siguientes conductas o características:

  • Realizar la escucha activa
  • Realizar gestos no verbales que transmitan la escucha
  • Parafrasear sobre lo que le están contando para:
  1. Hacer ver a la otra persona que la estás escuchando
  2. Aclarar alguna duda
  3. Hacer que la otra persona vuelva a reflexionar sobre lo que ha dicho y pueda añadir algo más.
  • Tener una actitud empática
  • No interrumpir
  • Controlar las situaciones de tensión
  • No dejar que se produzca una escalera de conflictos
  • Guiar la situación para que las partes no se vallan a otros temas no pertenecientes al conflicto. (Aunque podamos saber que el conflicto actual haya podido estar causado por problemas anteriores).
(En este último caso, necesitaríamos más de una sesión para tratar todos los problemas anteriores y sacar el foco principal o primitivo de los problemas que tienen actualmente. Con más de 7 sesiones se considera terapia, y ese no es el campo propio de los mediadores).

Al final del proceso, el mediador también es el que se encarga de realizar el "contrato" o pacto final en donde se reflejan los acuerdos propuestos por las dos parte y que deberá ser firmado por esas dos personas.

El CaUcUs


El Caucus dentro del proceso de mediación es una técnica que suele utilizarse normalmente en casos específicos, aunque algunos profesionales tengan esta técnica implantada dentro de su manera de hacer o de trabajar y la utilicen más a menudo.

Se trata de tener un especie de entrevista individual con cada una de las partes implicadas en el conflicto, ya sea al inicio de la sesión o en medio de ésta porque haya sido necesario.
En la mayoría de las ocasiones el caucus se utiliza cuando las dos partes están demasiado alteradas, no se acaban de aclarar las situaciones, o cuando el mediador cree que hay sentimientos u opiniones que no se quieren expresar abiertamente por que está presente la otra persona, es decir, cuando de alguna manera las partes se sienten cohibidas.
Otros mediadores deciden comenzar su proceso de mediación con esta técnica, para conocer mejor a cada individuo, para que no haya influencias ajenas a la hora de expresar sentimientos, emociones o pensamientos, para aliviar tensiones, reflexionar, etc.

A continuació haré una lista con los "por que" de la realización del CAUCUS:

  • Entender necesidades
  • Ayudar a tomar decisiones
  • Tratar temas difíciles
  • Tranquilizar a la persona
  • Reflexionar mejor sobre el conflicto
  • Evitar influencia de otros pensamientos
  • Limitar o controlar a una persona en una situación difícil
Este último punto se refiere a una "ESCALA DE CONFLICTOS", es decir, este fenómeno s
e prouce cuando las partes:

  • Aumentan el tono de voz
  • Se ponen agresivos
  • Comienzan a estancarse en un círculo vicioso de malas palabras
  • No se llega a ninguna parte



Estils d'enfrontament al Conflicte

Per a la resolució de conflictes les persones implicades podem actuar de diferents maneres segons les situacions o segons la nostra personalitat, doncs bé, podem dir que hi tenim 5 models o estils estendards d'actuació front el conflicte. Hem de dir que sempre pot variar una mica o haver-hi una barreja d'estils també segons els casos o les persones que intervinguin.

Aquests models són els següents:

- Estil de col·laboració: Penso en mi i en la resta (objectiu comú, alternatives)

· Estil d'evitació: No penso ni en mi ni en ningú (no afrontar)

· Estil de competició: Penso en mi i no en la resta (objectius personals)

· Estil de compromís: Estic en el centre (actitud més neutre/negociació)

· Estil d'acomodació: No penso en mi i si en la resta (cedir)








Como hablamos durante la sesión anterior, vemos que el conflicto es fruto en muchas ocasiones de malas interpretaciones, por lo tanto, es causa de las relaciones humanas.

"No hay interacción humana exenta de conflicto", es decir, dentro de un contexto social dónde las personas intercambiamos todos los días, ideas, opiniones, puntos de vista, sentimientos, emociones, comunicación, etc., siempre hay riesgo de que choquemos con algunas de estas personas en según que aspectos.

Debemos tener en cuenta los elementos siguientes del conflicto con respecto a este contexto social vs. el proceso de mediación:

  1. PERSONAS: Afán de protagonismo, poder dentro del conflicto, percepciones del problema, emociones y sentimientos, posiciones, intereses y necesidades, valores y principios.
  2. PROCESO: Dinámica del conflicto, relación y comunicación, estilos de enfoque del conflicto.
  3. PROBLEMA: El "meollo" (el problema central, la cuestión en sí), tipo de conflicto.

El mediador o mediadora deberá tener en cuenta estos factores dentro del proceso de mediación y ser consciente por tanto de que lo que debe hacer es ser parcial, no posicionarse, calmar las situaciones, ya que muchas veces el factor de los sentimientos y las emociones no dejan a las partes ver el problema con claridad, deber de hacer que las partes hagan el discurso en primera persona y no en segunda ya que esto hace que se echen las culpas mutuamente y complicar más el conflicto sin ver los posibles fallos que han podido cometer ellos.

En muchas ocasiones los conflictos de relación o comunicación son debidos a malas interpretaciones, malos entendidos, rumores o a una desvalorización de los motivos del otro. Para este tipo de conflictos debemos encontrar puntos en común para no polarizar más las partes de lo que ya están.

En otras ocasiones los conflictos pueden ser por intereses o necesidades distintas debido a un problema de contenidos, es decir, a falta de tiempo, espacio, trabajos incompatibles, descoordinación en general.

Por último, los conflictos relacionados con los problemas de creencias, preferencias o valores están relacionados con el saber escucharse, entenderse, saber argumentar, posicionarse en el lugar del otro. Deben buscar metavalores comunes y no valores muy personales.

Una opinión personal es que muchos de los conflictos, creo que la mayoría de ellos, se producen a causa de la falta de comunicación o de la falta de buena comunicación. Por esto, el proceso de mediación es tan positivo, porque ayuda a que las dos partes implicadas tengan un espacio tranquilo para poder practicar esta virtud tan grande del ser humano que muchas veces no sabemos utilizar. A través de la comunicación no solo expresamos conceptos, noticias o fenómenos teóricos, sino que también expresamos muchos de nuestros pensamientos, sentimientos, emociones, muy importantes para la relación con los demás día a día.

Me gustaría relacionar esta parte importante del proceso de mediación con otra asignatura en la que hemos trabajado este aspecto de la comunicación; "formació i actualització a la funció pedagògica."

Con la comunicación activa podemos evitar las siguientes situaciones:


















Para que no ocurran estos fenómenos, tenemos que aplicar la comunicación activa, es decir: hablar claramente, asegurarnos de que el receptor a recibido de la mejor manera posible el mensaje, utilizar la comunicación no verbal (gesticulación, expresión corporal,etc.), parafrasear, hacer preguntas, asentir con los movimientos de nuestro cuerpo, ponernos en la piel o situación de la otra persona, hacer una escucha activa, etc.

Los Prejuicios dentro del Conflicto


Cuando se produce un conflicto en muchas ocasiones predisponemos la culpa a según que personas porque ya tienen una reputación negativa. Las personas adquieren roles determinados dentro de la sociedad y dentro de grupos comunitarios como el colegio, amigos, familia, con la pareja, etc.
Cuando las personas tienen determinados roles la sociedad suele añadirles etiquetas, o roles equivocados, de ahí los prejuicios. Pero también debemos saber que los conflictos no solo se agravan con los prejuicios, sino que por culpa de los prejuicios surgen muchas veces las situaciones de conflicto.

Un prejuicio se refiere a juzgar a alguien o alguna cosa sin información previa, es decir, sin conocer realmente como es aquello a lo que estamos juzgando o aquella actitud.

Por eso, dentro del proceso de mediación, también es muy importante este aspecto que producen los conflictos. Vemos este efecto sobretodo en situaciones escolares, donde el proceso de mediación suelen llevarlo a cabo personas de la institución, los cuales tratan día a día con las posibles personas implicadas en alguna situación de conflicto. A este fenómeno lo podemos llamar "situación contaminada", es decir, como las personas que trabajan en el centro y realizan los procesos de mediación ya conocen a los posibles implicados, pueden tener algún tipo de prejuicio o emocionalmente e inconscientemente pueden estar demasiado implicados. Por lo tanto, el mediador tiene que tener una gran capacidad objetiva, no debe posicionarse, debe de ser muy parcial.

Este fenómeno lo hemos podido comprobar gracias a una actividad realizada en el aula, dónde se ponía el caso o la situación de que una compañera de clase de primaria había perdido su compás y dentro de esta desaparición entran en juego distintos compañeros que están directamente relacionados con la "víctima". Uno de ellos era el niño travieso de la clase, otro era el niño al que le gustaba la "víctima" y otra compañera era la mejor amiga de ésta. Vemos en la situación que empiezan a acusar al niño travieso porque siempre que ocurre algo malo, las miradas siempre van para él. Por otro lado, según cuentan los niños, el niño travieso también quería a la víctima pero ésta a él no. Aquí comienza el conflicto con una serie de acusaciones sin pruebas ningunas ya que existen de por medio muchos prejuicios. Lo malo de esta situación es que la profesora se deja llevar por estos roles etiquetados del grupo clase y no se vuelve objetiva. Al final la culpa no era de ninguno de los niños porque resulta que el compás estaba por detrás del radiador y había sido un accidente.

Como reflexión de la profesora y de todos nosotros podemos decir que los prejuicios no son buenos dentro de un conflicto ni dentro de un proceso de mediación, hay que dejarlos de lado, hay que escuchar a todas las partes por igual, con la misma importancia...

Por este motivo en muchas ocasiones es más factible que las personas que se vayan a encargar de un proceso de mediación dentro del ámbito escolar, vengan de fuera, por que no están contaminadas. Por otro lado, también tiene puntos negativos, como el hecho de que puede provocar desconfianza, no conoce el proceso de funcionar del centro al que acude, etc.

También debemos ser conscientes de que los seres humanos no somos neutros por naturaleza, ya que nos construimos a través de las impresiones, de las relaciones con los demás, a través de muchos puntos de vista, de nuestras emociones y sensaciones de la realidad construimos la nuestra propia, y aunque debemos aprender a respectar y a conocer las perspectivas que pueden haber desde otras miradas, debemos comprender también que es bastante complejo este proceso.





No todo es lo que parece ser. Debemos escuchar todas las versiones.






El Conflicto

La palabra conflicto a menudo nos trae connotaciones negativas, pero debemos intentar buscar-le, como a todo lo que podamos en esta vida, el lado más positivo. Aunque creamos que no, el conflicto hace que pasemos por varios procesos: el enfado, resentimiento, reflexión y reconciliación o conciliación.

Durante este proceso, sobre todo en la etapa de reflexión, tenemos cambios internos y externos. Los cambios internos hacen que nos conozcamos a nosotros mismos, que empecemos a conocer nuestras reacciones en distintas situaciones, etc., y el cambio externo lo podemos ver con respecto a los demás. Sobretodo, si realizamos un proceso de mediación donde se trabajan aspectos de habilidades sociales, comunicación, empatía, ... Estos procesos nos ayudan a crecer como personas y a saber como reaccionar en posibles futuras situaciones de conflicto. Además te da herramientas para poder resolverlos e incluso ayudar a los demás a poder resolverlos.

El lado malo de los cambios es que a muchas personas les da miedo. Los cambios a todos los niveles de la vida siempre se han mirado con recelo, preferimos quedarnos como estamos sin pensar que por no querer arriesgar a cambiar algunos aspectos podemos perdernos muchas cosas positivas.

Esto es uno de los puntos positivos que podemos encontrar dentro de la gravedad que puede conllevar un conflicto, siempre y cuando claro sea tratado a tiempo y de la manera más adecuada, es decir, si lo llevamos dentro del ámbito o contexto de la mediación, dónde sabemos analizar las partes para sacarles el mayor partido posible.
Por otro lado, debemos tener en cuenta, que dentro del cambio que podamos tener, no podemos dejarnos llevar del todo y cambiar aspectos positivos que ya teníamos, no debemos dejar de ser como somos en el fondo.

Primera actividad grupal

Hoy día 21 de febrero hemos dedicado una clase un tanto especial, es decir, no nos hemos centrado exclusivamente en la práctica y hemos comenzado con una práctica activa que aunque a primera vista no entendíamos la relación, más adelante nos ha hecho reflexionar y hemos comprendido el qué de ésta.
La actividad consistía en realizar 4 grupos dentro de clase con dos observadores cada grupo. Los miembros del grupo debían formar 5 cuadros iguales. La dificultad estaba en que no podían comunicarse entre ellos de ninguna manera, así que si algún miembro del grupo necesitaba alguna pieza que sabía que era la buena pero la estaba utilizando otro compañero, debía esperar a que quedara libre o se la pasaran.

El resultado fue que los 4 grupos consiguieron su objetivo, algunos más rápidos que otros, pero lo llevaron a cabo. Cada grupo explico su táctica a la hora de hacer la actividad, y descubrimos que lo más importante era el trabajo en grupo y la cooperación, y observando no solo lo que a ti mismo te faltaba sino también mirando las necesidades del compañero.

Pues bien, estas dos características que hemos citado son muy importantes para el proceso de mediación, donde debemos buscar que las partes implicadas puedan cooperar al final del proceso con el fin de encontrar una solución parcial y acorde con los intereses de las dos partes. Para que exista por tanto cooperación deben existir distintos aspectos como:

  • Necesidad de la aportación de todos los miembros del grupo. (En este caso las dos partes implicadas)
  • Observación de las actitudes de los otros.
  • No centrarse en uno mismo únicamente.
  • Posibilidad y necesidad de ayuda mutua.
  • Respeto a las diferencias individuales (de ritmos de reacción).
  • Aceptación o no de bloqueos.
  • Aceptación de las normas.
  • Todas las aportaciones de los miembros son valiosas. No hay verdades absolutas.
Por otro lado, vemos con este ejercicio algo tan simple como el miedo a cambiar alguna pieza del sitio por si cambiamos toda la estructura y ya no nos sirve. Pues bien, este punto también es muy importante durante un proceso de mediación, incluso durante muchos procesos o situaciones de la vida en general, el miedo al cambio, a lo nuevo, a modificar nuestro pensamiento, a introducir nuevas ideas, etc. Lo más negativo es cuando alguien no acepta los cambios ya no solo por miedo, sino por creer que todo lo que uno piensa es lo correcto y lo único.
Esta fase es importante en la mediación, porque hace que las partes puedan ver diferentes perspectivas de una misma realidad, que puedan aceptar nuevos pensamientos dentro de las circunstancias o del conflicto y esto implica en ocasiones tener que dar el brazo a torcer, ceder una parte de la razón.
También el proceso de mediación nos hace cambiar respecto a posibles conflictos futuros, trabajamos aspectos de la personalidad y comunicación que quizás sin este proceso no se trabajarían, que hacen que cambien aspectos propios personales. Por tanto, debemos saber que el cambio es bueno y positivo la mayoría de las veces.
El proceso de mediación nos hace realizar cambios en nuestra persona que nos ayudan a mejorar.